Nunca se preguntaron ¿qué pensarán los demás? Porque yo si, es una pregunta que me da vueltas y vueltas, hasta que me doy porvensida, ojo, pero no me quejo, hay veces en las que prefiero que sea de esta forma, no poder saberlo, porque es divertido ir descubriendo pensamientos.
Cuando me subo al colectivo y veo ese conjunto de caras desconocidas es ahí donde más me pregunto ¿Qué pensarán?
Lo primero que hago es analizar cada una de sus expresiones, de cada uno de ellos que llego a ver, y la mayor parte del viaje juego imaginándome lo que piensan, a veces armo hasta historias, son muy divertidas, aunque algunas no tanto…
Una vez vi un hombre, todo el viaje estuvo mirando la nada, no paraba de hablar por celular, y unas dos paradas antes de que me bajara cortó y una lágrima rodó por su mejilla, ¿Saben qué? No se rían, pero cuando bajé lo imité, sentí que debía hacerlo, como si yo fuese parte de su historia, en verdad mí historia, porque para mi esa lágrima tenía un porqué que yo misma había inventado. Es curioso… pero me divierte.
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